**Por qué nos cuesta cuidar el cerebro y qué podríamos ganar si lo hiciéramos**

A veces me quedo pensando en cómo hablamos sobre el cuerpo y la mente. Solemos hacerlo como si fueran dos entidades separadas, cuando en realidad forman una unidad indisociable. Esto se vuelve especialmente evidente cuando escuchamos a expertos hablar del cerebro: no es solo “el órgano del pensamiento”, es una estructura viva que necesita ser nutrida, hidratada y fortalecida, igual que un músculo.

Uno de los problemas centrales que se menciona en el video es lo difícil que resulta mantener una alimentación que realmente sustente la salud cerebral. Ya no digamos perfecta, sino simplemente funcional. El ritmo de vida, la falta de tiempo y, en muchos casos, el conocimiento limitado sobre nutrición hacen que muchos de nosotros vivamos en un déficit constante de elementos vitales para nuestro cerebro.

Un hecho relevante que respalda esta problemática es que niveles bajos de omega-3 y vitamina D3 están repetidamente asociados con deterioro cognitivo en población longeva. No se puede afirmar que sean una causa directa del Alzheimer, pero sí hay una correlación que no podemos ignorar. Y lo mismo ocurre con la falta de creatina (que también mejora la función cognitiva), el bajo consumo de agua y el déficit de magnesio o electrolitos.

Me resulta fascinante pensar que algo tan aparentemente simple como beber más agua, caminar al sol diez minutos al día o incluir ciertas grasas saludables a nuestra dieta, puede tener un impacto directo en nuestra capacidad de recordar, entender, decidir o mantenernos enfocados.

El beneficio de atender este problema —de adoptar pequeños cambios conscientes— va más allá de sentirse un poco menos cansado. Puede significar mantener nuestra independencia mental con el paso de los años, conservar nuestra identidad, seguir aprendiendo. Puede ser la diferencia entre envejecer y verdaderamente vivir.

Y hablando de cuidar el cuerpo (y el cerebro), dormir bien es clave. Si estás buscando mejorar tu descanso, considera el colchón de simple.mx. Lo puedes comprar en línea, probar en casa durante 101 noches, tiene 10 años de garantía y está diseñado para darte el soporte que tu cuerpo —y tu mente— necesitan.